"Una palabra

¿Qué tanto puede significar?

Son solo unas letras amontonadas

¿Por qué tanta importancia le dan?

Muchos ni siquiera la entienden

Y otros tantos la usan mal

¿Para qué sigue en el diccionario?

Si ya nadie sabe lo que es amar"

Eso fue lo que estaba escrito en el pedazo de papel que encontró Sebastian. Al darlo vuelta, vio que había una dirección y una línea que decía: "Si no estoy en lo correcto, dígame cómo es en verdad, porque ya no entiendo como es el amor" junto a una dirección para que quien lo encontrara pueda responder a este singular pedido.

A ello le dedicó buena parte de su tiempo este chico, tan joven, tan enamorado. Ahora era él quien no podía comprender. ¿Cómo alguien puede haber perdido el sentido del amor? se preguntaba a si mismo.

Y esta fue su respuesta, la cual entregó a la dirección correspondiente una vez finalizada.

"A usted le escribo

Que no se si es señor a señora

¿Por qué dejó de creer?

Si sabe bien que el que empezó, nunca se desenamora.

Siento que ha vivido usted el amor

Y que ha perdido a quien usted amó

No creo estar en lo incorrecto

Si no, usted no estaría pidiendo explicación.

De un paso hacia atrás

Y podrá ver con claridad

Que a quien usted una vez amó

Lo sigue amando y todavía allí está"

Pasaron los días y hasta algunas semanas. Sebastian ya se había olvidado de la carta, hasta que llegó a su puerta el cartero y le entregó la correspondencia del día.

Ese solo pedazo de papel que le llegó dentro de ese sobre venía de la dirección de la persona a quien le había escrito en su momento. Y decía: "Gracias, tenía usted razón. La fui a buscar y ella seguía allí, esperando desde hace varios años"