Un infeliz llamaba todos los dÃas a la Muerte en su socorro:
----¡Oh Muerte!, le decÃa, cuán hermosa me pareces! ¡Ven pronto y termina con mu cruel fortuna!
Acudió la Muerte, creyendo servir al desdichado, Llama a la puerta, entra y se presenta:
----¿Que ven mis ojos?, grita el implorante. ¡Alejad de mi presencia a ese personaje odioso! ¡Horror y espanto me produce! ¡Oh Muerte, no te acerques! ¡Márchate.oh Muerte!
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Un joven ratoncito al que perseguía un gato corrió hasta encontrarse con un hurón.
-¡Estoy perdido! -exclamó el ratoncito-. Huyendo de un fatal destino, he caído en otro peor.
-Es cierto que estás en mis manos -contestó el hurón-, pero yo no soy tu perdición, tan sólo soy una criatura que manda sobre su propio destino.
Y, tras pronunciar aquellas palabras, llevó al ratoncito a un lugar donde el gato no pudiera alcanzarlo.
-Me has salvado la vida -respondió el ratoncito con gratitud al verse libre-. ¿Cómo puedo agradecértelo?
-Hay una cosa que puedes hacer -respondió el hurón-. Salvar la vida de otro animal.
Y, sin más palabras, el hurón siguió su camino. El ratoncito nunca volvió a verlo.
Es más feliz quien salva una vida que quien permite que ésta perezca. Es más noble salvar a alguien que corre peligro que abandonarlo a su suerte.
Hay muchas respuestas y opiniones para esto en las diferentes culturas y religiones.
No se si esta te puede justar es de LA FONTAINE
EL INFELIZ Y LA MUERTE
Un infeliz llamaba todos los dÃas a la Muerte en su socorro:
----¡Oh Muerte!, le decÃa, cuán hermosa me pareces! ¡Ven pronto y termina con mu cruel fortuna!
Acudió la Muerte, creyendo servir al desdichado, Llama a la puerta, entra y se presenta:
----¿Que ven mis ojos?, grita el implorante. ¡Alejad de mi presencia a ese personaje odioso! ¡Horror y espanto me produce! ¡Oh Muerte, no te acerques! ¡Márchate.oh Muerte!
Fue Mecenas (estadista romano favorito y consejero de Augusto. A pasado a la posteridad como sinónimo de protector del talento.Empleó todas sus riquezas en favorecer las letras y las artes), un hombre bien nacido, y en no sé donde dijo: <<¡Antes impotente, sin piernas, manco o gotoso, pero que al cabo viva y me baste, y estoy más que contento!>> ¡No vengas nunca, oh Muerte, todos te decimos!
creo que esta fábula marca el valor que tiene la vida, que no es poca cosa,
Busca en las Fabulas de Samaniego.
Ahi encontraras por ejelplo: la fabula de La Lechera.
El Muchacho y la Fortuna