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Así es, la ilusión por vivir no se debe perder nunca.

hay viejos jóvenes...y jóvenes viejos...

Un abrazo amiga :)

Hola mi querida Irene

No se si esta frase se ajusta a la realidad, ser viejo no es sinónimo de estar enfermo o de estar necesariamente triste, si con frecuencia se considera normal un descenso en el estado de ánimo de los ancianos, pero nunca se deja de esperar las cosas maravillosas que brinda la vida, para mí la vejez significa de alguna manera el periodo en el que se debería gozar de los logros personales y contemplarse los frutos del trabajo personal para el bien de sus familiares más jóvenes...

Un besote enorme amiga mía

Dulce y Seductora!

La juventud se lleva en el alma, unas personas ya se han rendido y no ven lo maravilloso que aún tienen para vivir y dar.-

Y en otras no ocurre porque son felices y ven todo lo positivo que los rodea.-

Un abrazo.-

Chauuuuuuu

El cuerpo podrá ser viejo, pero el espiritu y esas ganas de seguir aprendiendo nos mantienen jovenes por siempre....Saludos amiga.

Hola Irene,la vejez,es un seguir de la vida,el hacernos viejos,ancianos,como nos quieran llamar,yo mi vejez,lo llevo muy feliz,jovial,reconociendo que la edad se nos viene mas aprisa,pero yo no la llamaría vejez,sino acumulación de los años.

suerte

yo pienso que ojala siempre me esperen cosas maravillosas saludos

Que te puedo decir, con casi 54 años para algunos soy viejo para otros nada mas tantito, pero la esencia del ser está intacta, aun río con ganas, despierto feliz, disfruto de los colores imposibles que solo existen en mi imaginación, estoy un poco loco y otro poco feliz, lloro de pena al ver un niño triste y lloro de alegría al sentir el llanto de un niño recién nacido, es la vida niña, si queremos perpetuarnos solo lo lograremos dejando espacio para los que vienen, ya luego empezaré a hacer mis maletas, en ellas pondré mi primer beso de amor y la última caricia de mi madre, los consejos de mi padre y esta pregunta, saludos desde Chile

Hola, Irene:

También opino que no tiene porqué ser así, y que hay (como han dicho) jóvenes-viejos, y viejos-jóvenes. No sé de quién es la frase, quizá en su contexto tenga otra significación. Quizá quien la dijo se refería a que cuando ya eres muy mayor y no estás con todas tus capacidades al uso, es decir, cuando ya ves que no puedes hacer muchas cosas o dependes de alguien, o te cuesta ya todo, es ahí donde empieza la verdadera vejez, pues mientras estés activo y el cuerpo y la mente te permitan hacer cosas (dentro de un orden) no has entrado todavía en la vejez, como tal.

Besos.

Hola Irene, pues de momento no me planteo esa disyuntiva, vivo el día a día con toda intensidad que me permite la vida que llevo.

No creo que después de la muerte haya nada más, y bien que lo siento. Durante años he leído, conversado, contrastado ideas religiosas, científicas, esotéticas, y otras para disipar dudas, que hoy no tengo.

Envidio sanamente a todo aquél creyente, entre ellos mi madre (mamá en otros países, por si acaso) querida, que es católica creyente, de cualquier condición religiosa o de pensamiento, y los envidio pues no tienen las pasiones y encontronazos de pensamiento que suelo tener a lo largo de esta vida, pues creen que "después hay otro tipo de existencia", ¡bien para ellos! pues morirán felices pues en algo creen.

Yo creo en la gente que quiero, en la naturaleza, y en la vida mientras me dure, lo demás.....¿para qué me voy a romper la cabeza y coger miedos?

Solo pido que cuando me llegue la hora sea durmiendo, si puede ser. Cuando el motor se deba de parar que sea sin "averías" ¡bastante mal se pasa a veces en esta vida!, y si ese motor se para mientras "está en el garage en reposo" ¡pues mejor!

La vejez se lleva el dni, y por supuesto en el deterioro físico, pero una mente "bien amueblada" no envejece, cambia o se amolda a los tiempos.

En mi caso, cumpliré 60 en Navidad, a veces me veo haciendo muchas cosas que otros piensan que son de jóvenes, mi actividad no digo que sea frenética pero no paro, aunque mi amigo el sofá....me tienta cada día, jejeje.

¿Donde está el límite? ¿quien lo pone? ¡nadie más que uno mismo y su capacidad física y mental!

Un fuerte abrazo.