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La gente escalona su consumo en categorías de importancia, que podríamos llamar, de consumo, uso, suntuarios y lujo. Un señor dispone de un ingreso de 1.000 por mes. Los primeros 400 van a mantenimiento personal,, los siguientes 300 a ropa, colegio, y cuotas. Del resto 200 para diversiones, quedando 100 para joyas.

Se produce un aumento repentino del 25% en los precios. Como actuará el caballero del ejemplo? Ahora gastará 500 en mantenimiento, 360 en ropas, colegio y cuotas, pero le quedarán solo 140 para diversiones. Las joyas quedan fuera del esquema.

Que sucedió? Que la respuesta del mercado respetó las inelasticidades de la demanda. Mantuvo el consumo necesario pero descartó los consumos superfluos. (Para simplificar el ejemplo descartamos el efecto Gifffen sobre los bienes suntuarios)

Si el hombre del ejemplo tuviese un ingreso de 2.000, con el mismo perfil de consumo, le estarían quedando 1.000 libres para ahorro. En este caso el aumento de precios, aún cuando comprometería en algo ese perfil, sería principalmente soportado por la contracción del ahorro.

De acá extraemos estas conclusiones:

Para el sector de bajos ingresos, un aumento de precios modifica las pautas del consumo global.

Para el sector de altos ingresos, cambia la propensión al ahorro,