El optimismo es un asunto muy importante en la vida. Que hay que ser optimista, que duda cabe. La persona pesimista lo pasa muy mal y, en la medida de lo posible, se trata de pasarlo bien. El pesimista se lo hace pasar mal a los demás, por lo tanto no tiene sentido de solidaridad.
Es un deber hacer que los demás lo pasen bien. El pesimista es un hombre que recorta su actuación y que, por consiguiente, no hace nada útil, tiene pocos estímulos, es más bien una persona acobardada a la que todo le cuesta mucho trabajo. La persona que ve el mundo con tinta negra, evidentemente, tiene mucho menos estímulos para actuar.
El pesimismo es una visión negra de la vida. El pesimista suele tener una visión peyorativa de las cosas. El optimismo lleva consigo una apreciación positiva de la vida, del mundo entorno, de esa realidad con la que cada uno tiene que tratar. El optimismo se contagia, y el pesimismo también.
Se trata de hacer una opción, pero las opciones deben ser razonables, no se trata de ser optimista sencillamente porque sí, o yendo contra la realidad, o contra lo que es evidente. La persona optimista no es una persona ingenua, ni el optimismo es una simple actitud ante la vida para hacerla más fácil; tampoco el optimismo es algo innato que nace con algunas personas, ni es una cualidad más del carácter.
Hay personas que son entusiastas y que con facilidad se entusiasman por las cosas, pero no son constantes. No cabe duda, es mucho mejor ser optimista que pesimista. Hay un autor, Hegel, sobre el cual he escrito un libro, publicado por la Universidad de Piura, que dice que hay dos maneras distintas de ser entusiasta, es decir, que existen dos tipos de pasión: La pasión cálida y la pasión fría. Afirma que es mejor ser fríamente apasionado porque la persona cuando ha enfriado la pasión demuestra un interés mayor por las cosas.
Después de estas precisiones iniciales, podremos abordar un poco la cuestión. Me parece interesante comentar una sentencia que dice así: "El optimista es el que sostiene que vivimos en el mejor de los mundos posibles y el pesimista es el que se lo cree". Según la sentencia hay dos tipos de optimistas. El primero admite que éste es el mejor de los mundos posibles; podríamos decir que es un optimista cándido. El segundo sería el que sostiene la tesis contraria, no estamos en el mejor de los mundos posibles, por tanto, podemos mejorarlo.
Answers & Comments
Verified answer
El optimismo es un asunto muy importante en la vida. Que hay que ser optimista, que duda cabe. La persona pesimista lo pasa muy mal y, en la medida de lo posible, se trata de pasarlo bien. El pesimista se lo hace pasar mal a los demás, por lo tanto no tiene sentido de solidaridad.
Es un deber hacer que los demás lo pasen bien. El pesimista es un hombre que recorta su actuación y que, por consiguiente, no hace nada útil, tiene pocos estímulos, es más bien una persona acobardada a la que todo le cuesta mucho trabajo. La persona que ve el mundo con tinta negra, evidentemente, tiene mucho menos estímulos para actuar.
El pesimismo es una visión negra de la vida. El pesimista suele tener una visión peyorativa de las cosas. El optimismo lleva consigo una apreciación positiva de la vida, del mundo entorno, de esa realidad con la que cada uno tiene que tratar. El optimismo se contagia, y el pesimismo también.
Se trata de hacer una opción, pero las opciones deben ser razonables, no se trata de ser optimista sencillamente porque sí, o yendo contra la realidad, o contra lo que es evidente. La persona optimista no es una persona ingenua, ni el optimismo es una simple actitud ante la vida para hacerla más fácil; tampoco el optimismo es algo innato que nace con algunas personas, ni es una cualidad más del carácter.
Hay personas que son entusiastas y que con facilidad se entusiasman por las cosas, pero no son constantes. No cabe duda, es mucho mejor ser optimista que pesimista. Hay un autor, Hegel, sobre el cual he escrito un libro, publicado por la Universidad de Piura, que dice que hay dos maneras distintas de ser entusiasta, es decir, que existen dos tipos de pasión: La pasión cálida y la pasión fría. Afirma que es mejor ser fríamente apasionado porque la persona cuando ha enfriado la pasión demuestra un interés mayor por las cosas.
Después de estas precisiones iniciales, podremos abordar un poco la cuestión. Me parece interesante comentar una sentencia que dice así: "El optimista es el que sostiene que vivimos en el mejor de los mundos posibles y el pesimista es el que se lo cree". Según la sentencia hay dos tipos de optimistas. El primero admite que éste es el mejor de los mundos posibles; podríamos decir que es un optimista cándido. El segundo sería el que sostiene la tesis contraria, no estamos en el mejor de los mundos posibles, por tanto, podemos mejorarlo.
Siempre ves una esperanza. Siempre tienes fe,
Los beneficios es que siempre tienes esperanzas positivas
( siempre se te contestaria, aunque no pongas tantas "eeeeeeeee"
esa no es manera de enfatizar .)