La profesora interviene en una discusión entre dos de sus alumnos:
- A ver, Pepito, ¿cuál es el problema?
- Que soy demasiado inteligente para estar en primer grado. Mi hermana está en tercero y yo soy más inteligente que ella, así que ¡yo quiero ir a tercero también!
La profesora ve que no puede resolver el problema y lo manda a la dirección. Mientras Pepito espera en la antesala, la profesora le explica la situación al director. Éste decide hacerle un test al muchacho, y se muestra muy seguro de que el chico no conseguirá responder a todas las preguntas, y así tendrá que continuar en primer grado. Entra el crío, e inicia las preguntas el Director:
- A ver Pepito: ¿cuánto es 3 por 3?
- 9, Director.
- ¿Y cuánto es 6 veces 6?
- 36, Director.
El director continúa así durante casi una hora, con una batería de preguntas que sólo un excelente alumno de tercer grado debe conocer, y Pepito responde y responde sin cometer ningún error. Ante la evidente inteligencia del menor...
Update:...
- El esmalte de uñas, profe -contesta Pepito.
- ¿Qué tienen las mujeres en medio de las piernas?
El Director no se lo puede creer, se agrra a la mesa...
- Las rodillas, responde el chaval al instante.
- ¿Y qué tiene una mujer casada más ancho que una soltera?
- La cama, Profesora.
- ¿Qué palabra comienza con la letra C, termina con la letra O, y todos lo tenemos atrás?
- El codo, profesora.
- ¿Y qué empieza con C, tiene un hueco, y yo lo entregué a muchas personas para que gozaran con él?
El director se tapa la cara, pega la cabeza contra el escritorio, se congestiona, pero...
- Un CD.
El director, ya mareado por la presión los interrumpe y le dice a la profesora:
- Mire profesora: mandemos a este pendejo a la Universidad... ¡Yo mismo acabo de fallar todas las respuestas!
A ver si porque un-a amargado-a me haya borrado la pregunta, la buena gente de la tarde no se puede reir (que no sepa reir el/la amargado-a, no me importa).
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Sí, muy viejo, y bueno...
Én mi cole pasó otra cosa con Pepito. Te la voy a contar.
Era el día de la lección de los oficios, y, para introducir el tema, la maestra iba preguntando las profesiones de los padres de cada uno de los alumnos. Llegó el turno de Pepito:
- A ver, Pepito, tu papá qué era?
- Cura, señorita.
- Y tu mamá?
- Monja, sita.
- Ah, eran religiosos¡¡¡ Y colgaron los hábitos...
- No, sita, sólo se los subieron un poquito¡¡¡
Es bueno, pero ya esta visto, y copiado.
Me gustaban mas tus opiniones y juegos, lamentablemente estas copiado cosas que ya estan muy comentadas, Ojala vuelvas a hacer el mismo.
Bravo.
¿No tienes un blog? o como se llame por si "te pierden"
Me perdí el del cajero que menciona Ireth.
¿Me lo pasarás, Def? Gracias por adelantado, un besote.
Joooooooooooooo.... es muy viejo Def-!
es muy bueno, ya lo ví,
¡Gracias por la risa! Al final de la tarde siempre se necesita. Aunque hayamos escuchado o leído el chiste una o mil veces, lo importante es que siempre nos arrancará siquiera una risita y en estos tiempos que corren eso es por sí solo un maravilloso regalo.
Buenísimo, aunque el del cajero automático era estupendo, aún me parto de risa sólo de pensarlo.
Gracias por seguir. :-)
ya lo había leído